¿Qué es una casa pasiva o passive house?
Una casa pasiva, es un tipo de construcción o de casa en la que se utilizan los recursos de la arquitectura bioclimática combinados con una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional consiguiendo un consumo energético casi nulo. Los componentes «pasivos», como las ventanas con aislantes térmicos, los sistemas de intercambio de calor y el aislamiento eficiente son los que consiguen una casa con un consumo de energía mínimo. La Directiva Europea pretende que en 2020 todos los edificios nuevos tengan un consumo de energía casi nulo.
Origen de la casa pasiva
El termino de casa pasiva o «Passive House» se desarrolló en Alemania en los años 80. Debido a la calidad térmica de los materiales de cerramiento del edificio (paredes, ventanas y puertas), al uso de las fuentes de calor internas (procedentes de los dispositivos eléctricos que normalmente se usan en los hogares) y a la minimización de las pérdidas de ventilación con un sistema controlado con recuperación de calor, la vivienda pasiva no necesita los mecanismos de refrigeración ni calefacción convencionales. La demanda de calefacción es inferior a 15 kWh/m2 al año, lo que supone una reducción de más del 90 %de gasto energético.
Transmitancia térmica o valor u en las casas pasivas
Es la medida del calor que fluye por unidad de tiempo y superficie, transferido a través de un sistema constructivo, formado por una o más capas de material, de caras plano paralelas de materiales constructivos.
Los valores U (coeficiente de transferencia de calor general) de todas las construcciones de los cerramientos de los edificios deberían tener una transmitancia térmica aproximadamente de 0,1 W/m2K, y las ventanas y las puertas deberían tener un valor U de 0,8 W/m2K, incluido el marco.
Para minimizar el exceso de calor propio del verano, se debe planear el uso de la ventilación natural por la noche y la creación de zonas de sombra.
En climas cálidos, los valores U de todas las construcciones de los cerramientos de los edificios deberían estar entre 0,3 – 0,45 W/m2K, y las ventanas y las puertas deberían tener un valor U de 1,1 W/m2K, incluido el marco. Para minimizar el exceso de calor propio del verano, se debe planear el uso de la ventilación natural por la noche y la creación de zonas de sombra.
En climas fríos, los valores U de todas las construcciones de los cerramientos de los edificios deberían ser aproximadamente de 0,07 W/m2K, y las ventanas y las puertas deberían tener un valor U de 0,6 W/m2K, incluido el marco. En algunas zonas, puede que sea necesario minimizar el exceso de calor del verano disminuyendo la entrada de luz por las ventanas.
El modelo de Passive House hace prácticamente innecesaria la presencia de sistemas activos de calefacción, pues aprovecha, principalmente, del calor del sol, del generado por los propios ocupantes de la casa y los dispositivos domésticos, y del recuperado del aire de desecho.
¿Cómo funciona una casa pasiva?
Diseño bioclimático
Realizar un buen estudio del clima, de la orientación, del factor de forma, del volumen, de la captación de radiación solar en invierno y su protección en verano, de las sombras que tendrá la casa y cómo le afectan.
Alto aislamiento térmico de una casa pasiva
Una casa mal aislada consume hasta un 30% más de energía. Un buen aislamiento reduce pérdidas de calor en invierno y ganancias en verano y, así, la demanda de energía para climatización.
Eliminación de puentes térmicos
Una capa de aislamiento continua, sin interrupciones y sin debilitamientos evita los puentes térmicos, tan habituales en los edificios convencionales y que provocan una gran parte de las pérdidas de calor en los edificios convencionales.
Ventanas de altas prestaciones
Las ventanas constituyen el elemento más débil de un edificio. Entre el 25% y el 30% del gasto de calefacción se debe a las pérdidas de calor por las ventanas. Una buena calidad de las mismas y una correcta instalación es fundamental para una alta eficiencia energética.
Recuperador de calor
La ventilación mecánica permite que continuamente se esté renovando el aire interior. Gracias a un recuperador de calor, el aire que, por ejemplo, puede entrar en un día de invierno a 0º al cruzarse (no mezclarse) con el que sale a unos 22º, cede la energía interna transformando los 0º en unos 18º, en función de la eficiencia del recuperador y sin ningún sistema de calefacción.
Estanqueidad al aire
En las casas pasivas se cuida la estanqueidad al aire sellando todas las uniones entre los diferentes materiales del edificio. De esta manera, en el edificio no existen infiltraciones de aire no deseadas.
Confort
Por la homogeneidad de las temperaturas interiores, por el alto aislamiento acústico y por la calidad del aire (en continua renovación y filtrado, por tanto libre de CO2, COVs, polvo, suciedad, polen,…).
Salud
El aire filtrado evita la presencia de polvo y polen, lo que reduce las reacciones alérgicas. La baja concentración de CO2 y COVs reduce la sensación de cansancio, algunas dolencias como dolores de cabeza, irritación en ojos, nariz, garganta, sequedad del sistema respiratorio y algunas enfermedades.
Eficiencia, sostenibilidad y rentabilidad
La casa pasiva es eficiente por el bajo consumo energético y, en consecuencia, económico. Sostenible porque el CO2 que deja de emitir una casa pasiva de 350m2 en un año equivale al CO2 que absorben unos 1.000 árboles en un año. Un edificio construido bajo el estándar Passivhaus tiene un sobrecoste de construcción entre un 5 y 10% mayor, pero esto se rentabiliza entre los 5 y los 10 años debido al ahorro energético y de mantenimiento.
Certificación de una casa pasiva
Las pruebas técnicas y la certificación son el último paso para poder decir que un inmueble está construido bajo los estándares Passivhaus. Es la única garantía de que el edificio se ajusta al cumplimento de los requisitos establecidos por el Passivhaus Institut de Alemania y al nivel de confort interior y de la calidad energética de la construcción hacia el cliente.
¿Cómo conseguir la certificación para casas pasivas Passivhaus?
Cumplir con una demanda de calefacción inferior a 15 kWh/(metro cuadrado); una demanda de refrigeración también inferior a 15 kWh/ (metro cuadrado); y una demanda en energía primaria (agua caliente y electricidad) que no rebase los 120 kWh/ (metro cuadrado).
La estanqueidad de una casa pasiva no puede superar las 0,6 renovaciones de aire por hora, lo que significa que este tipo de viviendas reducen significativamente este factor frente a un edificio normal donde se renueva el aire unas 10 veces por hora.
Super aislamiento para no sufrir pérdida de calor ni de frío, para ello es esencial contar con ventanas de altas prestaciones y controlar los puentes térmicos.
Ventilación mecánica con un recuperador de calor.
Buena orientación. Este factor sólo se puede cumplir cuando se diseña una vivienda desde el principio y no cuenta cuando se trata de una rehabilitación.
La adaptabilidad a los diferentes climas es lo que ha provocado que este tipo de construcción se haya extendido a nivel mundial y que en España existan unos 22.000 metros cuadrados de edificios certificados con el estándar Passivhaus y en construcción haya unos 100.000 metros cuadrados.
Desde INTERVILA animamos a nuestros clientes a promover edificios y rehabilitaciones basadas en los estándares Passivhaus, los cuales nosotros ejecutaremos con las mejores expectativas.